jueves, 25 de julio de 2013

Autismo y Trastorno obsesivo-compulsivo


El comportamiento repetitivo, en forma de obsesiones y compulsiones, característica del diagnostico del  autismo, es un componente de la definición del trastorno obsesivo compulsivo (TOC), un trastorno que es cada vez más reconocido en los niños y adolescentes. El trastorno parece tener un patrón bimodal de aparición, con el primer pico alrededor de la pubertad, y el segundo en la edad adulta temprana. La edad de inicio ha sido examinada retrospectivamente, y cerca de un tercio de los adultos informa que sus síntomas  comenzaron antes de los 15 años de edad. Los comportamientos parecen cambiar en la presentación a través del tiempo. Un estudio reciente encontró que los niños más pequeños con autismo (niños de 2-4 años) tienen conductas repetitivas principalmente motoras y sensoriales, mientras que los niños mayores (7-11 años) presentan comportamientos más elaborados.La opinión generalmente aceptada es que las obsesiones son pensamientos intrusivos repetitivos que disparan ansiedad. Las personas a menudo se sienten obligadas a realizar un ritual o una compulsión, que puede aliviar temporalmente la ansiedad. Sin embargo, algunos niños tienen compulsiones en ausencia de obsesiones claras y la mayoría informa más compulsiones que obsesiones, y unos pocos reportan únicamente obsesiones. Varios autores han sugerido que la conducta compulsiva puede inicialmente ocurrir por una variedad de razones, por ejemplo, como resultado de un déficit neurológico, y que las obsesiones pueden aparecer más tarde como un individuo intenta dar sentido a su comportamiento repetitivo, que de otra manera no tendría sentido.
Las causas subyacentes de la conducta repetitiva no están claras, aunque la modulación de excitación suele ser sugerida para TEA, y la ansiedad para el TOC. Las deficiencias en el funcionamiento ejecutivo también se han sugerido como un factor causal, con impedimentos demostrado en ambos trastornos.

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